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MIGUEL ÁNGEL ARCONADA FUNDADOR DEL MOVIMIENTO HOMBRES POR LA IGUALDAD
"Necesitamos hombres que quieran vivir con una mujer libre, que no teman el poder femenino, y hay pocos"
Es profesor de Educación Secundaria en Paredes de Nava (Palencia) y uno de los defensores del concepto de "nueva masculinidad", nada contracorriente y cree que el camino hacia la igualdad es cosa de hombres. Habló en la UPNA de '¿Cómo montárselo para con-vivir en igualdad?'
Viernes, 12 de Marzo de 2010 - Actualizado a las 07:24h.

Miguel Ángel Arconada, ayer en la UPNA.
Miguel Ángel Arconada, ayer en la UPNA.
·         Miguel Ángel Arconada, ayer en la UPNA.
PAMPLONA. Fundador de Codo a Codo, grupo de hombres por la igualdad de Palencia que toma el nombre del hermoso verso de Mario Benedetti: "En la calle, codo a codo, somos mucho más que dos".
¿La nueva masculinidad existe de verdad o es un discurso teórico?
Hay nuevas formas de ser hombre. En el campo teórico hay un discurso que antes no lo había, aunque sea minoritario. Se entiende que si los hombres son parte del problema del sexismo en general debemos ser parte de la solución y, por lo tanto, tenemos que implicarnos en las políticas de igualdad. Hay nuevas masculinidades pero donde más se ha movido ha sido en el posicionamiento explícito contra la violencia de género frente al silencio cómplice de los hombres. Tenemos un problema y es que hay hombres que se conforman con no ser violentos. No ser violento no significa no ser machista, hacen falta nuevas masculinidades que apuesten por relaciones igualitarias y responsabilidades compartidas. Y ahí es donde todavía estamos trabajando.
¿Dónde estamos y cómo nos lo tenemos que montar para convivir mejor?
Creo que estamos en el momento de las microigualdades como en su momento fueron los micromachismos. En un momento de poner foco en lo doméstico, en la maternidad, en la gestión del dinero, en la reivindicación de que ellas y nosotros tenemos los mismos derechos y las mismas responsabilidades... Tenemos que cambiar cosas muy concretas de las organizaciones entre hombres y mujeres, la paternidad, la responsabilidad en las tareas...
¿Micromachismo es machismo sutil?
Son pequeñas estrategias cotidianas que demuestran una subordinación de la mujer al proyecto vital del hombre, desde el hombre que se cree igualitario pero te dice en la casa qué te hago, como si fuera para ella y no para el nosotros, a estrategias masculinas de comentar las decisiones que se han tomado sin consultarlas previamente. En muchas casas el hombre tiene un espacio, taller, un despacho mientras que la habitación propia de la mujer y sus hobbies casi nunca existe.
¿Para qué están sirviendo las medidas políticas de conciliación?
A nivel europeo, se ha visto que los hombres solo cogen del permiso por nacimiento o adopción en la parte que sea obligatoria, la parte que es optativa siempre la coge la mujer. Los hombres no quieren salir del espacio público, laboral. Es su identidad, se quedan ahí y sólo cogen la parte que es obligatoria del permiso. El resto es para la mujer. Hay una plataforma que es la PPIINA (Plataforma por los Permisos Iguales e Intransferibles de Nacimiento y Adopción) que dice: amplíese todo lo que se pueda el permiso y tómese 60%-40% como máximo. Propugnamos que sea una política de igualdad, no de familia. Y que las parejas que tomen ese permiso, en esas condiciones, lo disfruten entero, y si no disfrutan en esa paridad, lo pierdan. Que sea obligatorio.
En Navarra se ha subido el pago por excedencia (10 meses) paterna a 600 euros frente a 417 que cobra la madre como medida de estimulación. ¿Qué le parece?
Te vas a implicar más en el momento inicial del nacimiento de tu hijo pero no estamos hablando de políticas de familia sino de políticas de igualdad. Mientras los hombres no salgan del mercado laboral por el nacimiento o adopción de un hijo, las mujeres llevaréis un cartelito por detrás que dice: "Os vais a quedar embarazadas, vais a faltar..." Hasta que los empresarios se den cuenta de que hombres y mujeres faltan X meses y no pasa nada no habrá cambios...
Dos parejas con la misma formación y en el mercado laboral, pagando la hipoteca a medias, llega el momento de la maternidad. ¿Qué ocurre?
Que asume la responsabilidad la mujer. Otro momento crítico es la gestión de la casa, las tareas doméstico donde hay una evidente sobreresponsabilización de las mujeres. Para que eso sea así hay hombres que están disfrutando de un privilegio que es el robo del tiempo personal de la compañera. La casa que hemos comprado y pagamos juntos, la casa que ensuciamos juntos, la casa que disfrutamos juntos, ¿por qué la limpias tu preferentemente? es la pregunta. Se sabe que cuando un hombre se empareja gana calidad de vida, cuando una mujer se empareja es posible que la pierda. Hay unas estrategias de que él delega y muchos que van asumiendo más.
¿Ocurre en todas las ideologías, edades y estratos sociales?
Con el paso generacional no se ha avanzado tanto, y de hecho las estadísticas demuestran que los hombres solo se responsabilizan de la casa con una variable que no es estudios, nivel económico, ni medio rural o urbano, sino la falta de disponibilidad de la mujer. Cuando la mujer no está, cuando no coinciden los horarios él se encarga de las tareas, pero como haya una mujer disponible, le toca a ella. Luego la otra estrategia es decir que no me enseñaron, que no sé, el truco de que como lo haces mejor... y el hombre entiende que no tiene que aprender de las tareas de la casa, las considera un algo subordinado que le quita categoría.
¿No hablamos sólo de limpiar la casa sino de respeto, de valoración, de tiempo para cada uno...?
No estamos hablando de tareas de la casa sino de cuidados. Es la ética del cuidado, de donar calidad de vida a las personas con las que convives, la ética de comprometerte vitalmente con la persona con la que estás y desearle lo mejor. La casa puede ser una maldición bíblica que si puedo se lo doy a otra, o puede ser una oportunidad de estar bien. Si es una maldición bíblica no puedo tener tanta jeta como para decir que me lo hagan, y si es una oportunidad de donar calidad de vida a todos, hay que estar a la altura.
¿Qué gana el hombre en esta nueva masculinidad?
Se está intentando mover a los hombres en el concepto de ganancia. Ganan autonomía, tiempo compartido, tiempo vinculado a sus hijos... Y hay mil decálogos. Está bien pero hay un problema. Si no ganáramos, ¿no tendríamos que estar ahí también? Ganamos evidentemente, pero también perdemos unos privilegios inmerecidos. Yo creo que el problema es tener bastante celo de trabajo, sobreevitar las desigualdades que las mujeres padecen, y luego está el crecimiento más personal de los hombres de una forma más integral, la vida de los afectos...
¿Muchas veces es la propia mujer la que decide quedarse en casa?
Hay un mandato que todavía muchas mujeres tienen asumido como propio de su identidad, ella tiene que ser donante de cuidados, las mujeres se sienten culpables si no son las principales cuidadoras. El cambio tiene que venir por ambas partes.
Las bajas, las reducciones de jornada, excedencias son asumidas mayoritariamente por mujeres....
Más del 90% y no tendría que ser así. Es más fácil solucionar lo que presuntamente es natural que solucionar los cambios sociales... La lactancia materna se ha sustituido por la lactancia artificial pero es raro encontrarte un compañero que esté dispuesto a dar el biberón a las cuatro de la mañana. Y eso no tiene que ver con la naturaleza sino con la responsabilidad.
¿Este modelo patriarcal lo han vivido los jóvenes? ¿Falta un salto generacional?
Yo tengo 45 años y creo que mi generación estaba más concienciada. Las nuevas generaciones vienen con la idea de que la igualdad ya llegó y tienen algunas dificultades serias para identificar desigualdades. Yo soy profesor de Secundaria y lo primero que hay que trabajar con ellas y con ellos es el concepto de desigualdad porque no es tan claro que lo vean. Creen que viven en un mundo en igualdad. Y por ejemplo nosotros estamos rompiendo muchos tópicos en los patrones de enamoramiento. A veces comparamos el fondo de la copla de los años sesenta con el de canciones que se están cantando ahora y es lo mismo: la fusión absoluta, el amor idealizado, el que todo hay que aguantarlo por amor. También los datos del mercado laboral muestran que las muchachas son mejores en todos los sectores de estudio y sin embargo están infrarrepresentadas en el mundo laboral y en el empleo de calidad.
También ha analizado el tema de la publicidad sexista. ¿Ve cambios o el mercado es mucho más duro?
Ha cambiado lo más vejatorio con respecto al cuerpo de la mujer no en el sentido de que no haya campañas que de vez en cuando sean una aberración y una zafiedad (Axe, Dolce Gabbana) porque son rápidamente respondida. Sin embargo hay nuevos patrones que siguen siendo igual de peligrosos, hemos pasado de la maruja a la superwoman pero le sigue tocando cargar de la casa, ser eficaz en su profesión, responsable de la casa y tiene que estar permanentemente bella. La presión publicitaria hoy principalmente es del mundo de la cosmética, el mensaje es que no hay mujeres feas sino perezosas. Por un lado hay mantenimiento de estereotipos limitadores y por otro lado en pleno siglo XXI ha habido un gran ascenso en la temática de la guerra de los sexos. Los anuncios hoy plantean que chicos y chicas, hombres y mujeres somos distintos y competimos.
¿Habría que quemar los cuentos de princesas?
Ni ogros ni princesas es uno de los mejores materiales coeducadores que hay en el Principado de Asturias. Marca la idea de que la princesa es la ensoñada que espera permanentemente y gracias a su superioridad física va marcando por donde tienen que ir las cosas. Ellas tienen que ser tan autónomas y líderes en la relación como lo son ellos. El problema es que necesitamos hombres que quieran vivir con una mujer libre, y haberlos hay pero pocos. Hay un miedo al reconocimiento del poder femenino entre iguales. Los hombres todavía no están ahí, están acostumbrados a que ellos sean los importantes y si no lo son no saben quién son. El discurso ha ido de la igualdad a la equivalencia. Somos equivalentes existencialmente, somos diferentes pero ninguna de nuestras características diferenciales nos hace mejores ni peores, ni superiores, ni subordinados. >D.N.

1 comentario:

  1. Madre mía, que gusto da leer algo así. Estamos acostumbradas a que en cuanto sale el tema de la igualdad de oportunidades en los medios, surgen como setas decenas de comentarios haciendo mofa del asunto. Así que esta entrevista/artículo es un soplo de aire fresco. Gracias por existir y por contarlo
    www.concilia2.es/blog

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